¿QUE ES UNA DIETA ANCESTRAL LIPÍVORA / CARNÍVORA?
La dieta ancestral es una dieta apropiada para nuestra especie y perfectamente adaptada a nuestro diseño biológico. Se trata de un estilo de vida y una forma de alimentación que se centra exclusivamente en productos animales, principalmente carne grasa de rumiantes, pescados y huevos. Se considera una dieta fundamental para el ser humano y tiene como filosofía imitar las elecciones alimentarias de nuestros ancestros, quienes han consumido carne de forma predominante durante al menos 3.5 millones de años. Es vista como la dieta de eliminación definitiva, ya que suprime una amplia gama de toxinas dietéticas que podrían contribuir a problemas de salud.
Dentro de la dieta carnívora, el término "lipívora" fue popularizado por L. Amber O'Hearn para describir la adaptación evolutiva humana a una dieta alta en grasas, baja en carbohidratos y centrada en la carne. La grasa animal es el nutriente más importante en la dieta humana y la concepción moderna de "carne" como solo proteína es incorrecta; en un contexto ancestral, la carne significaba principalmente grasa animal y carnes cetogénicas muy grasas. Los humanos desarrollaron sus cerebros grandes, una característica distintiva, al alimentarse primero de la grasa de la megafauna (carroñando tuétano y cerebros) y luego cazando estos grandes animales grasos.
Principios clave de una dieta carnívora (lipívora):
Enfoque en productos animales
La carne roja grasa de rumiantes (como res, cordero, venado, bisonte, cabra, alce) es el alimento predominante, ya que es el único alimento en el planeta del que un ser humano puede vivir exclusivamente, conteniendo todos los nutrientes esenciales que el cuerpo necesita.
También se incluyen pollo, cerdo, mariscos, pescados y huevos.
Algunos productos lácteos pueden consumirse con moderación, si se toleran, pero deben verse como un "premio" o condimento, no como el componente principal de una comida. El queso es una opción de lácteo, pero la leche tiene un alto contenido de lactosa.
Se recomienda salar los alimentos a gusto con sal de alta calidad (Redmonds, del Himalaya, marina, celta), ya que los minerales son vitales para la hidratación y el equilibrio de fluidos, sobre todo en la fase de transición, pero después se recomiénda observar las señales de la mejora en la eficiencia de la retención de sodio e ir ajustando la ingesta de sal en consecuencia (ojo…en algunos individuos la necesidad de ingesta de sal puede ser de 0 en un momento dado).
Eliminación de plantas, hongos y químicos artificiales: Este es un aspecto fundamental de la dieta de eliminación.
Alimentos ultraprocesados (UPF): Se eliminan por ser productos artificiales, hiperpalatables, adictivos, energéticamente densos pero carentes de nutrientes vitales, lo que contribuye a la adicción a la comida y enfermedades metabólicas.
Plantas y hongos: Se excluyen porque las plantas producen químicos de defensa (como oxalatos, lectinas, taninos, solanina, fitoestrógenos y fitatos) que actúan como "antinutrientes", impidiendo la absorción de otros nutrientes y pudiendo dañar células, vías fisiológicas y hormonas.
Carbohidratos dietéticos: No son un nutriente esencial, ya que el cuerpo puede producir su propia glucosa a partir de proteínas y grasas. Su consumo provoca el mayor aumento de los niveles de glucosa en sangre, lo que activa la liberación de insulina, la principal hormona de almacenamiento de grasa.
Fibra: Se describe como un antinutriente, ya que el cuerpo humano no puede digerirla y puede bloquear la absorción de otros nutrientes, haciendo que los nutrientes de las plantas sean menos biodisponibles. A pesar de los mitos prevalentes, no es necesaria para las deposiciones, y algunos estudios sugieren que una dieta sin fibra puede aliviar el estreñimiento y otros trastornos intestinales.
Aceites de semillas: Se evitan por ser altamente procesados, altos en ácidos grasos omega-6 proinflamatorios (especialmente ácido linoleico), inestables químicamente (susceptibles a la oxidación y formación de radicales libres), y por contener fitosteroles que pueden interferir con las funciones del colesterol animal.
Azúcar, frutas y miel: Se excluyen o se evitan por su alto contenido de carbohidratos, su naturaleza adictiva y su impacto en el azúcar en sangre y la insulina. Las frutas modernas han sido manipuladas para ser más dulces y grandes, no son un alimento ancestral.
Edulcorantes: También se recomienda evitar su uso, ya que el sabor dulce puede activar una respuesta cefálica de la insulina y exacerbar los antojos de azúcar.
Condimentos y especias: Muchos se derivan de plantas (semillas) y pueden contener una carga tóxica problemática para algunas personas. Comer carne sin condimentos puede ayudar a restablecer las señales de saciedad.
Alcohol: Es un citotóxico( algo que tiene la capacidad de dañar, alterar o destruir células vivas) derivado de plantas y por lo tanto dañino para la salud.
Filosofía de la "dieta apropiada para la especie": La dieta carnívora se basa en la idea de que cada especie ha evolucionado en un nicho dietético específico. Para los humanos, los alimentos más indicados son la carne, las grasas animales y las proteínas animales. Al comer una dieta apropiada para la especie, el cuerpo puede reaccionar de manera apropiada, lo que se traduce en un estado óptimo de salud, permitiendo que el cuerpo se cure y se repare a sí mismo.
Nutrientes esenciales: La carne y otros productos animales contienen todos los nutrientes esenciales (grasas, proteínas, vitaminas y minerales) en una forma biodisponible y fácilmente digerible y accesible para el cuerpo. Por ejemplo, la necesidad de vitamina C disminuye en ausencia de carbohidratos dietéticos, ya que la vitamina C y la glucosa compiten por el mismo receptor.
Proporción de grasa a proteína y comer a saciedad: Al iniciar, se recomienda apuntar a una proporción de 1:1 de grasa a proteína. Es fundamental comer hasta sentirse lleno en cada comida y evitar los refrigerios. Esto ayuda al cuerpo a adaptarse, reponer nutrientes y regular las hormonas del apetito, lo cual es vital para superar los antojos y la adicción a la comida. Es muy recomendable "olvidar todo lo que sabes sobre dietas" en cuanto a calorías, horarios de comida o tamaños de porciones.
Base en la evolución y en la fisiología humana:
El bajo pH del estómago humano (aproximadamente 1.5) cercano al de los animales carroñeros, lo que indica una adaptación para procesar carne en descomposicion.
El largo intestino delgado humano favorece la absorción de grasas y proteínas, mientras que un colon corto limita la capacidad de fermentar fibra, a diferencia de los herbívoros.
Los test de isótopos estables en restos humanos antiguos muestran los niveles más altos de nitrógeno 15 (indicador de consumo de carne), incluso más altos que los leones, sugiriendo que el 80% de la dieta ancestral consistía en carne de rumiantes grandes.
La revolución agrícola (hace 12,000 años), que introdujo el consumo de cereales, se asoció con una disminución en el tamaño del cerebro, la altura y la salud ósea y dental.
Los humanos tienen una capacidad única para almacenar grasa y entrar fácilmente en cetosis (la producción de energía a partir de grasas), incluso en estados de no inanición, lo que es crucial para alimentar el gran cerebro humano. Esta adaptación "buscadora de grasa" fue clave en la evolución de nuestra inteligencia y el uso de herramientas.
Manejo de síntomas de adaptación: Al hacer la transición a una dieta carnívora, especialmente si se viene de una dieta alta en carbohidratos y alimentos ultraprocesados, se pueden experimentar síntomas de adaptación, como el "Keto Flu" (dolores de cabeza, fatiga, niebla mental) y el "Oxalate Dumping" (cuando el cuerpo libera oxalatos almacenados). Se recomienda una transición lenta y gradual para minimizar estos síntomas, así como asegurar una ingesta adecuada de sal de calidad y agua.
Descargo de responsabilidad: Este contenido es educativo y no constituye asesoramiento médico. Para obtener orientación personalizada sobre cualquier aspecto de la salud, consulta con un profesional de la salud cualificado.